Lo cotidiano

Cotidiano en su definición literal se refiere a lo que se hace u ocurre todos los días, es lo usual, lo esperado, pero esta palabra inofensiva guarda en su interior otro montón de significados que con mucho sigilo te envuelven de monotonía. Lo cotidiano esta relleno de obligatoriedad, rutina, constancia, pasividad y costumbre, palabras que apuntan a crear un espiritú común y un carácter que solo puede atraer lástima.

Lo cotidiano aunque siempre está, pasa desapercibido por no tener novedad. Tomar el chocolate en el desayuno se torna diferente solo si flota una mosca en la superficie o si en el fondo de la taza se dibuja la imagen de la virgen María; por lo menos cuando se es niño el chocolate tiene un valor agregado: meter toda la cara para beberlo y al final conseguir un bigote perfecto te permite hablar de igual a igual con tu padre; en otras palabras, crecés con cada sorbo.
Son pequeñas fantasías que se oxidan con el tiempo y no las reemplazamos, mudamos lo simple para poder ser complicados.

No detectamos lo cotidiano pero propendemos en crearlo y en coincidir con él, involuntariamente buscamos que nuestros días sean lineales y sin sobresaltos, con el tiempo vamos menguando nuestra lista de acciones y de lugares, y al final resultamos irrelevantes.